Préstamos bancarios vs. préstamos personales

Préstamos bancarios vs. préstamos personales

Las diferencias entre préstamos bancarios y préstamos personales son evidentes, aunque muchas personas no lo tengan claro. Tienen características propias y son apropiados para usos muy diversos entre sí. Por ello, en este artículo vamos a analizar estas dos formas de financiación personal en base a tres grandes aspectos (importe, motivo y prestamistas), y haremos mención a un tipo específico de préstamo personal: el préstamo online, que tiene a su vez grandes particularidades.

préstamos personales ¿mejor que los préstamos bancarios?

Importe, la primera gran diferencia entre ambos tipos de préstamo

A simple vista, la primera gran diferencia es clara: los importes que mueven los préstamos bancarios y los préstamos personales son muy diferentes. Mientras los primeros proporcionan grandes montos de dinero, los segundos conceden pequeñas cantidades. En el primer caso, no es raro hacerse con un crédito de $2.500.000, pero en el segundo caso las cifras son mucho más modestas, como por ejemplo $10.000.

El motivo de la solicitud, obligatorio en los préstamos bancarios

Otra diferencia importante entre los préstamos bancarios y los personales es el motivo que lleva al cliente a solicitar un crédito. O mejor dicho, la obligatoriedad de especificarlo en el momento de la solicitud. Los créditos bancarios se suelen conceder ya con un uso concreto bien marcado (la compra de una casa, de un automóvil, etc.), mientras que los personales ofrecen más libertad, pues el cliente en muchos casos no tiene que dar explicaciones sobre el uso que hará del dinero: lo recibe y lo emplea en lo que quiere.

Préstamos diferentes, prestamistas diferentes

Por último, es también importante señalar que el tipo de prestamista es diferente según el préstamo. Mientras los bancarios son otorgados por los bancos, como su propio nombre indica, los personales pueden gestionarse directamente en las entidades bancarias pero también a través de prestamistas privados, que en muchos casos son compañías financieras expertas en el sector pero independientes de los bancos.

En este sentido, es importante hacer una distinción más específica entre los propios préstamos personales y los préstamos personales online, que también reciben el nombre de préstamos rápidos o urgentes, debido a una particularidad que conoceremos más abajo. A continuación explicamos las diferencias entre estos y el resto.

Diferencias de los préstamos personales online y el resto

  • El modo de solicitar el préstamo y devolverlo: su calificativo de ‘online’ es elocuente. Se trata de créditos que se solicitan totalmente a través de Internet, sin necesidad de acudir a una oficina bancaria o a un local físico. Basta con tener una computadora, un laptop o un dispositivo móvil con conexión a la Red, independientemente de dónde se encuentre el solicitante (vacaciones, trabajo, casa, etc.). Para la devolución, la gran mayoría de prestamistas permite hacerlo online y otros admiten también el pago en efectivo.
  • El importe: como hemos visto, los anteriores tipos de crédito mueven cifras muy altas (los bancarios) o cifras medianas (los personales). Sin embargo, los créditos rápidos online proporcionan cantidades bastante bajas de plata (en Credy se pueden solicitar desde $1000 hasta $5000). Eso hace que sean préstamos perfectos para pequeños gastos puntuales.
  • Plazo de la devolución: los préstamos bancarios y los personales tradicionales establecen fechas a medio y largo plazo (meses o años), mientras que los online dan como máximo un plazo de 30 días, normalmente.
  • El número de cuotas: tanto los bancarios como los personales tradicionales trazan al cliente un periodo de amortización basado en cuotas periódicas, normalmente mensuales. Pero los online establecen un pago único para la devolución.
  • Requisitos para poder aspirar a uno: debido a los elevados o medianos importes de los préstamos bancarios o clásicos descritos más arriba, los requisitos para poder aspirar a uno de ellos son bastante exigentes. Algunas de estas condiciones son estar completamente libre de deudas, tener un empleo estable y bien remunerado o entregar avales de terceras personas o instituciones, entre otros casos. Sin embargo, en los online la mayoría de estos requisitos desaparece: se tramitan préstamos con Veraz, no hace falta presentar garantías y no necesariamente hay que contar con un recibo de sueldo.
  • El periodo de tramitación: mientras los bancarios y los personales tradicionales emplean un tiempo largo de tramitación que puede durar incluso semanas en algunos casos, los online son instantáneos. Algunos prestamistas online transfieren el dinero en apenas minutos. De ahí que sean soluciones rápidas para problemas urgentes o imprevistos, cuyo pago no puede esperar.
  • Los gastos de gestión: porcentualmente, los gastos de los préstamos bancarios y de los personales tradicionales suelen ser más bajos. Esto es así porque los créditos online se calculan en base a un interés diario. Por ello, en este último caso: a menor plazo, menores gastos totales. En cualquier caso, este gasto más elevado se justifica por la mayor celeridad de tramitación que requieren y por el mayor riesgo que el prestamista asume con la operación.
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