Cómo calcular el tipo de interés
Calcular un tipo de interés en un préstamo personal es una labor complicada, no solo porque la fórmula es realmente compleja, sino porque los términos que forman parte de ella son también difíciles de comprender en muchos casos. Por tanto, en este artículo trataremos de explicar los términos más importantes que tienen que ver con el tipo de interés y en la parte final abordaremos un ejemplo práctico que lo hará comprender mejor.
De manera simplificada, se puede decir que el tipo de interés es el precio del dinero. Sí, el dinero tiene precio, por eso se puede comprar. De hecho, cuando se pide un crédito se está comprando un dinero que no se tiene y que el cliente pagará al prestamista, ya sea a plazos a lo largo del tiempo o de una vez en el futuro cuando el cliente vuelva a tener liquidez.
Las entidades crediticias cobran intereses porque, obviamente, necesitan tener un porcentaje de beneficios para que su actividad sea viable, como cualquier otra profesión o sector. En el caso de los bancos, además, el cobro de intereses tiene que ver con que ellos mismos también pagan intereses cuando compran dinero en el mercado interbancario: es decir, que los bancos se prestan entre sí a un determinado tipo de interés, el famoso Euribor, como veremos.
Tipo de interés fijo Vs tipo de interés variable
El tipo de interés fijo es, como su propio nombre indica, el que no cambia a lo largo del tiempo. Si se hace en función a una inversión, el porcentaje de rentabilidad será siempre la misma. En el caso de los préstamos, que es el asunto que aquí nos interesa, hace referencia a que el coste siempre será proporcionalmente el mismo con respecto al capital prestado.
Por su parte, el tipo de interés variable sí va cambiando, y lo hace porque el porcentaje que se fija como coste para el cliente es el Euribor más un diferencial. Es decir, los bancos quieren asegurarse de que los beneficios que ellos obtendrían por otorgar un préstamo nunca serían inferiores a sus propios gastos, es decir, lo que indica el Euribor. Por ello establecen un diferencial, que se suele expresar como Euribor + x%. Por ejemplo, Euribor + 10%, aunque en algunos casos el diferencial se puede aplicar a otros índices de referencia.
Los tipos de interés fijos suelen ser más caros para el cliente (se pagan más comisiones), mientras que los variables solían ser más económicos, aunque esta tendencia se está matizando. De hecho, conviene tener en cuenta que el Euribor es un índice muy variable que puede subir rápidamente y darnos un disgusto en forma de comisiones muy grandes. En otras ocasiones, aunque el Euribor esté bajo, si el diferencial es muy alto, el conjunto del interés variable a pagar también será alto.
En este sentido, y a modo de consejo-paréntesis, es interesante saber que los intereses que se pagan en un microcrédito online suelen ser bastante contenidos. Por ello, los honorarios que cobra Credy son siempre claros y sin sorpresas, indicados antes de realizar la solicitud del préstamo personal online.
Tipo de interés simple y tipo de interés compuesto
Otra distinción que hay que tener clara es la del tipo de interés simple y el tipo de interés compuesto. En el simple, los intereses que se generan son solo en relación al capital inicial prestado. Es decir, si el banco te presta 1.000 euros s devolver en dos años a un interés nominal simple (ahora explicaremos lo de ‘nominal’) del 10%, pagarás 100 euros en concepto de intereses cada año, 200 euros en total.
En cambio, el interés compuesto, para calcular el importe a pagar, suma los intereses que se van generando con el paso del tiempo. Es decir, si el banco te presta 1.000 euros a un interés nominal compuesto del 10% anual a devolver en dos años, los intereses serían 100 euros el primer año y 110 euros el segundo, porque el capital del segundo año era 1.100 euros (1.000 euros más los 100 de intereses). Por tanto, se habrán pagado en total 210 euros en concepto de intereses en el momento de la devolución del préstamo.
Tipo de interés nominal Vs TAE
Por último, una distinción muy importante: el interés nominal y el TAE. El tipo de interés nominal (TIN) son los intereses que la entidad crediticia cobra con respecto al capital prestado. Sin embargo, el TAE (Tasa Anual Equivalente), también expresado en porcentaje, es el verdadero coste de un crédito para un cliente, puesto que en él se incluyen los gastos asociados, como comisiones de estudio, de apertura, etc.
Por tanto, cuando hablamos de calcular el tipo de interés, deberíamos especificar más, calculando en realidad el TAE, que son los gastos reales que abonaremos por un crédito, expresado año a año, por eso se llama ‘anual’.
La fórmula de cálculo es: TAE = (1 + (i/k))k-1, donde i es el tipo de interés nominal y k el número de periodos establecidos para liquidar intereses. Como se trata de una ecuación realmente compleja, recomendamos utilizar herramientas online sencillas, como el Simulador del Banco de España.
Para finalizar, siguiendo los ejemplos manejados hasta ahora, en un préstamo de 1.000 euros, con 30 euros de comisiones, 30 euros de primas de seguros, con un interés nominal del 10% y con un plazo de devolución de 2 años, el TAE resultante será 17,53% de comisiones cada año.
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